Otras Pioneras

Hubo muchísimas mujeres que escribieron, enseñaron, publicaron y hablaron para conseguir la revisión del estado en que vivían las mujeres a principios del s. XX. Navega por la página para que conozcas a algunas de ellas.

Columba Rivera

 

Fui profesora de escuela primaria (1887), formé parte de la junta de vigilancia de las escuelas oficiales de Pachuca. Fui la primera mujer que cursó el bachillerato en el Instituto Científico y Literario de ese estado y la segunda mexicana que obtuvo el título de médica cirujana y partera en la Escuela Nacional de Medicina.

Mis amigas de las revistas me defendían todo el tiempo “Ella desmiente todas esas injustas acusaciones hechas a la ciencia. Quién conozca a la Srita. Rivera ha de convenir en que el saber ni mata ni envenena, que ni el estudio marchita la juventud de la mujer, ni entenebrece el alma ni amarga el corazón.

 

Laureana Wright

 

Fui escritora y periodista. Traté temas como sufragio femenino y equidad entre hombres y mujeres. Escribí también poesía, en la que exaltó sus sentimientos patrióticos. Fui vicepresidenta de la Sociedad Espiritista de la República Mexicana, institución a la que me uní porque uno de sus postulados sostenía que hombres y mujeres son iguales en inteligencia, postulado que fue una de mis grandes luchas.

Francisca Ascaño

 

Luché por el derecho de la mujer al voto. Postulaba la igualdad intelectual de mujeres y hombres; cuestionaba que a los hombres no se les pidiera preparación, pues los incultos votaban; afirmé que no era natural que a las mujeres sólo les estuviera reservado cumplir las leyes, sino que debía hacerlas también.

Raquel Dzib

 

Fui maestra, política y feminista. Formé parte del Partido Socialista del Sureste y una de las tres primeras mujeres elegidas para formar parte de un cuerpo legislativo en México, en una época en que las mujeres no tenían todavía el derecho al voto. Enseñé durante más de cincuenta años y nunca me jubilé.

Rita Cetina

 

Fui maestra, poetisa y periodista. Promoví la educación laica en el Yucatán decimonónico. Fundé la escuela La Siempreviva (donde estudió Elva Carrillo), la Sociedad Científica y Literaria y una revista que llevaron el mismo nombre. Fui reconocida por mis ideas en aspectos educativos para las mujeres y en términos de mi participación en la vida social, cultural y profesional de Yucatán.

 

Piedad Carrillo Gil

Fui miembro del comité que organizó el primer Congreso Feminista en Yucatán en 1916

Elena Torres

 

Fui maestra normalista. Dirigí el Consejo Feminista Mexicano, clave en la lucha para conseguir el derecho al voto.

Dolores Correa

 

Fui maestra normalista. Hay todavía quienes ignoren lo que significa feminismo y hay también quienes vean o finjan ver en él, una ridiculez, un disparate […] No obstante entre la gente seria, el feminismo es el grito de la razón y de la conciencia, proclamando justicia, porque el feminismo consiste en levantar a la mujer al nivel de su especie, al de la especie humana.

Consuelo Zavala

 

Fui maestra y feminista mexicana. Fundé la primera escuela privada laica para mujeres de Yucatán. Fundé junto con Beatriz Peniche Barrera la Liga Feminista de Yucatán.

Beatriz Peniche

 

Fui maestra normalista. Desde muy joven me distinguí por mi activismo y mis actitudes de avanzada por completo fuera de las que se esperaban de una mujer de mi época. Fui electa diputada estatal en 1923, en un momento en que las mujeres no podían votar.

Uno de los problemas que vivimos en mi época era que no éramos consideradas ciudadanas, es decir no podíamos votar, tener propiedades a nuestro nombre, ni teníamos injerencia en los cambios políticos porque no podíamos votar.

Hermila Galindo presentó una propuesta de iniciativa en 1917 para incorporar en la Constitución el derecho al voto de la mujer.

La propuesta fue rechazada por una amplia mayoría, fueron pocas y breves la intervenciones para descartar la propuesta, llama la atención ahora que, a pesar de que los legisladores reconocían la existencia de algunas mujeres “excepcionales” esas rarezas no eran motivo suficiente para concederle el voto a todo una “clase”.

Y así, por casi 40 años más las mujeres en México fuimos consideradas como menores de edad, sin derecho a elegir a nuestros gobernantes.