Video 05 – Seis Haciendas Henequeneras en 1907

Fidelio Quintal Martin

Profesor retirado de la Universidad Autónoma de Yucatán y de la Universidad Pedagógica Nacional. Medalla
Yucatán 1987 y autor de varios libros.
Correo electrónico: marimar_aq@hotmail.com.

 

La lectura de un legajo documental correspondiente a 1907, hace exactamente 100 años, nos permitió conocer en parte esa unidad económica de producción denominada Hacienda Henequenera, que durante 57 años, de 1880 a 1937 fue una empresa privada y que en un tiempo después hasta la década de 1950-1960 fue la actividad principal que sustentó económicamente al Estado de Yucatán según la opinión de Don Manuel Pasos Peniche (Pasos P. 1974. Historia de la Industria Henequenera desde 1945. Universidad de Yucatán, México), un experto tecnócrata dirigente del sistema. El mismo dice que el número de haciendas alcanzó a ser de unas 300 propiedades pertenecientes a 400 familias acomodadas en donde laboraban más de 60,000 peones esclavizados, la mano de obra barata que durante el Porfiriato, o sea, el período de gobierno del General Porfirio Díaz fue la base principal del auge henequero. Estudios recientes como del historiador norteamericano Gilbert M. Joseph (Gilbert M. 1986. Control Corporativo de una Economía de Monocultivo en Yucatán y la Internacional Harvester. Maldonado editores. Mérida, Yucatán), Allen Wells (Wells A. 1978. Economic Grewth and Regional Disparity in Porfirian Yucatan . The case of Southern Railway Company. Ed: Southern Katin Americanist, E.U.) y de otros autores, opinan que las haciendas henequeneras fueron más de 1000 entre pequeñas, medianas y grandes, siendo las más importantes las Haciendas Yaxcopoil, Xtepen, Lepán, Uayalceh, Temozón, Mukuyché, Idzincab, Xkanchakán y San Antonio Sodzil, todas ubicadas al sur de Mérida y con una superficie de entre 10,000 a 20,000 hectáreas en promedio las mas grandes. Los dueños de ellas, es decir, los hacendados, además de control económico, ejercieron el control político; una oligarquía henequenera que colectivamente fue una de las clases sociales más ricas de México durante la época del Gobierno del General Díaz como al respecto afirmó el escritor Fernando Benítez (Benítez F. 1962. Ki, El Drama de un Pueblo y de una Planta. FCE, México). Estos hacendados fueron también especuladores que buscaban siempre nuevas formas de incrementar sus ganancias. Fue en fin una élite en donde aparecen los apellidos: De Regil, Ancona, Cervera, Peón, Evia, Hübbe, Suárez, Rendón, Solís, Manzanilla, Molina, Montes y Vales.

 

En el legajo documental al que nos referimos aparecen registradas las propiedades de Don Julián Carrillo (Carrillo Julián. 1907. Relación Documental de sus Bienes Muebles e Inmuebles. Mimeógrafo, Mérida Yucatán), cuatro clasificadas como fincas y dos como haciendas, las que a continuación mencionan:

 

  • Hacienda denominada Tepich Carrillo, situada en la entonces comprensión Municipal y partido Acanceh, con 2,645 hectáreas, valuada en $ 46,658 pesos.
  • Hacienda denominada San Miguel Sihonal, situada en la entonces comprensión Municipal y Partido de Acanceh con 438 hectáreas, 90 áreas, valuada en $ 12,000.00 pesos.
  • Finca de Campo denominada Santa Xnactunchén situada en la entonces comprensión Municipal y Partido de Sotuta, teniendo la primera 250 hectáreas y la anexa 658 hectáreas, valuadas en $2,250.00 pesos.
  • Finca de Campo denominada Santa Rita Xixil situada en la entonces comprensión Municipal de Partido de Sotuta, con 1,326 hectáreas, valuadas en 3,333.00 pesos.
  • Finca de Campo denominada San Antonio Ranum y la anexa Dzitcacao situada varios kilómetros al Este de la Villa de Homúm y el entonces Partido de Acanceh con 1,316 hectáreas, 70 áreas, valuada en 35,000.00 pesos.
  • Finca de Campo denominada Subinkancab y la anexa Lacantún situada en la entonces comprensión Municipal de Timucuy y parte de Acanceh, con 874 hectáreas, valuadas en $ 26,000.00 pesos.

 

De acuerdo con la clasificación de las haciendas en grandes, medianas y pequeñas, las haciendas de don Julián Carrillo son medianas unas y pequeñas otras, aunque el nivel de producción la Hacienda Tepich Carrillo fue muy importante en su producción. En la documentación aludida no aparecen registros económicos, sobre costos, gastos, ingresos y egresos económicos, aun que sí aparecen inventarios sobre maquinaria e instrumentos. En total, las propiedades están valuadas en $136,241.00 pesos, cuya suma considerable en aquél tiempo cuya equivalencia actual no podemos hacer.

 

Don Julián Carrillo, además de sus actividades como hacendado henequero, tenía la de otorgar préstamos de dinero a comerciantes de Mérida. Entre sus deudores aparecen apellidos como: Arrigunaga, Barbachano, Peón, De Regil y otros.

 

La documentación sobre las haciendas y las actividades económicas de don Julián Carrillo representa ser indicador de los últimos años del porfiriato de “una mezcla anónima del pasado colonialista y del modernismo en donde en el fondo prevalece una especie de esclavitud, el peonaje de las haciendas y la práctica de la usura como un medio de enriquecimiento de una reducida burguesía de hacendados”. Consistía según el historiador Gilbert M. Joseph en una manifestación de una sociedad basada en el monocultivo, que carecía de un mercado de consumo interno. Una sociedad con dos polos opuestos, hacendados por una parte y peones por otra. La clase media vivía en la capital del Estado, en Mérida, económicamente dependía de ese poder económico de los hacendados. Fue un régimen injusto que perduró formalmente hasta 1914. Según afirmación del profesor Echeverría (Echeverría Pedro et. al. 1996. Arquitectura de las Haciendas Henequeneras. Editorial Universidad Autónoma de Yucatán. Mérida, Yucatán), – documentación por cierto muy valiosa en todos los aspectosaparece una relación de peones con la cantidad que debían al hacendado, lo que confirma el hecho o existencia documental de un medio que servía para el control y permanencia de los peones en las haciendas, quienes para mayor arraigamiento se procuró hacerles contraer el sacrificio de su libertad para el resto de sus días.

 

El Proceso Histórico de la Revolución Social de 1910 cambió la situación de las haciendas henequeneras; En 1914 un Decreto abolió las deudas de los peones, en 1915 fue aprobada la Ley que liberó a los peones, y el 8 de agosto de 1937 fue decretada la Reforma Agraria Henequenera. Antes de la crisis y el desbloqueo final que sucedió en el siglo XX pasado, las haciendas henequeneras experimentaron el auge de 1914-1918 en el período de la Primera Guerra Mundial. Se estableció el Sistema del Ejido y de la llamada “Pequeña Propiedad”. Se produjo el segundo auge, 1935-1945 el período de la Segunda Guerra Mundial; en 1950 durante la “Guerra de Corea” se produjo el tercer auge. La Crisis en el Mercado Mundial del Henequén afectó a las haciendas y las dejó en una situación de descuido y abandono. Los descendientes de los antiguos peones son hoy los trabajadores albañiles, jardineros, obreros, empleados, etc., que diariamente acuden a sus labores a Mérida a desempeñar sus labores.

 

Hacienda Tepich Carrillo. 1907

“Cantidades que adeudan a la Hacienda los siguientes jornaleros que trabajan y viven en ella actualmente”.
(Fragmento de una Lista de 127 personas)

Euán Serapio 162.18
Pech Claudio 145.00
Pech Apolunio 127.53
Koyoc Isidro 118.75
Itzá José María 103.12
Puc Juán 182.91